Marcamos el calendario y eso, a menudo, nos da la aparente y confortable sensación de que al tiempo podemos controlarlo. Ahora mismo, mientras escribo esto, estoy frente a un enorme calendario pegado a la pared; y sí, está lleno de marcas, círculos y anotaciones que yo mismo hice, pero hay algunos trazos peculiares que resaltan, y son los que hace mi compañera cada vez que se acaba un mes; una gran raya en diagonal atraviesa todo el cuadrito correspondiente a…