Los Guaraní Occidentales
Los Guaraní Occidentales pertenecen a aquellos grupos de Guaraníes que hace 500 años migraron desde la zona del Río Apa, Paraguay Oriental, hacia la región sub-andina de Bolivia, que hoy se extiende entre Santa Cruz, Tarija y Yacuiba. Históricamente se les identifica como un pueblo guerrero, que en varias expediciones y migraciones, cruzaron el Chaco para conquistar “la tierra sin mal”. Se llegó a conocer como Chiriguanos.
Fuera de su tradición guerrera, los Guaraní, o Chiriguanos, impactaron en la zona con su exitosa agricultura. Cultivaban diferentes variedades de maíz, batatas, porotos, algodón, tabaco, tuna, sorgo, mandioca. Para guardar las cosechas, solían construir elaborados galpones. Practicaban el trabajo colectivo, oñopytyö, por el cual todos juntos se turnaban para trabajar en la chacra de un dueño, quien en este día era el responsable para proveer de comida y bebida a todo el grupo.
A diferencia de otras etnias chaqueñas, los Guaraní Occidentales se organizaban en grupos de parentesco patrilineares. Estos grupos locales contaban con jefes políticos que tenían la función de jueces y líderes guerreros. Varias comunidades juntas solían obedecer el mando de un jefe supremo, tuvicharuvicha. La tradición tribal recuerda a tales jefes como Manepóräi y Apiaguaiqui, e incluso a mujeres líderes como a Vuáyruyi. Los líderes tenían que ser personas que resaltaban por su buen razonamiento y su hablar en forma convincente. Eran personas trabajadores como los demás y generosos en su trato económico, pero demandaban la obediencia de los miembros del grupo.
Cuando el ejército paraguayo, en 1934 entró en territorios habitados por los Guaraníes Occidentales, se había formado amistades con algunos grupos de la etnia, quienes después emigraron al Chaco paraguayo. Habían esperado recibir abundantes tierras agrícolas; sin embargo, este compromiso de sus nuevos amigos paraguayos se hizo esperar. Hoy en día, un grupo volvió a disfrutar de una vida agraria en Pedro P. Peña, y otro grupo se estableció sobre tierras propias en Machareti, zona Laguna Negra. Otros grupos están participando como profesionales en el mercado de trabajo como albañiles, chóferes, alambradores, estancieros y otras profesiones.
La construcción de la identidad étnica de los Guaraní Occidentales en el Paraguay ha sido influenciado por una serie de factores aculturativos. El uso del idioma Guaraní hizo que automáticamente se estableciera un lazo de identificación entre esta etnia y la sociedad paraguaya. Pertenecer a la religión católica también les sirvió para su aceptación por parte de la población mayoritaria de este país. Mediante una prolongada convivencia con el establecimiento militar, los Guaraní Occidentales obtuvieron un reconocimiento oficial como ciudadanos, antes de que esto les fuera concedido a otros grupos étnicos. También aspiraron la educación formal, logrando una escolaridad bien por encima del promedio chaqueño.
Los Guaraní Ñandeva
Cuenta la tradición oral de los Guaraní Ñandeva que la zona del Chaco, donde hoy corre la frontera entre Paraguay y Bolivia, en tiempos remotos era más húmeda y que en aquel entonces fue poblada por numerosas aldeas Ñandeva. Sin embargo, según el anciano Mboreví Resá, se empeoraba siempre más el clima, hasta que las sequías comenzaron a convertir en parameras lo que antes eran tierras con rica vegetación y abundante fauna. Por fin los campos y los montes se incendiaron y llegaron a secar las últimas aguadas de la región.
En estos tiempos difíciles, los antiguos Ñandeva habían sido forzados a desplazarse más y más hacia el Oeste, para buscar una relación económica con los Chiriguanos. Empezaron a trabajar en sus chacras, y fueron pagados en granos de maíz. Esto no impedió que siguieran con la caza y recolección en su antiguo hábitat, donde transmigraron en ciertas épocas del año. Sin embargo, la extendida interrelación con los Guaraní Occidentales había dejado su impresión sobre la cultura de los Ñandeva: habían adoptado el idioma Guaraní y habían incorporado conocimientos económicos nuevos con relación a la producción agrícola, cerámica y la tejeduría.
Se agrupaban en familias extensas, y era costumbre que al casarse, el yerno se iba a vivir y trabajar con sus suegros. Los grupos contaban con jefes, mburuvícha, quienes solían ser las personas con más coraje, bondad, generosidad y habilidad de negociar. Era su función de intermediar en conflictos internos del grupo, y de representar al grupo frente a personas externas.
Los Ñandeva, en sus transmigraciones posteriores, volvieron a dar prueba de ser chaqueños de cultura. En los años después de la Guerra del Chaco, cuando escaseaban los recursos de sus cazadores ancestrales, buscaron la “dependencia benévola” primero con los fortines militares, después con patrones germano-paraguayos, y últimamente con las instituciones gubernamentales.
En su proceso de construcción de la identidad étnica, los Guaraní Ñandeva, igual como sus vecinos Guaraní Occidentales, aspiran el reconocimiento como “ciudadanos”, con todos los derechos garantizados en la legislación nacional. En las últimas décadas han logrado asegurar una importante superficie de tierras, de manera que la gran mayoría ya cuenta con una base autónoma de operaciones. Mientras que se experimenta todavía con la base de subsistencia, que se compone de changa, agricultura y ganadería, los Ñandeva esperan la solidaridad de las organizaciones gubernamentales y no-gubernamentales. También en este sentido están experimentando con técnicas que puedan habilitar el acceso a bienes y servicios del sector pudiente. La participación política ha sido uno de los canales probados.